La gente que vive dentro
Koldo Monreal
Consultor Passivhaus
Vicepresidente del Consorcio Passivhaus
La gente que vive dentro
El 56% de los navarros al menos ha oído hablar de los Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN-Pasivo), según un estudio sobre la adaptación del usuario a los ECCN elaborado a nivel nacional por siete empresas y entidades internacionales líderes en el sector de la edificación -Passivhaus Consulting, ePower&Building, Roto-Frank, Knauf Insulation, Griesser, Inn Solutions y Zehnder- y presentado hace apenas dos meses. Siendo un porcentaje destacado el que presentan particularmente los navarros, llama la atención, sin embargo, que una buena parte de la ciudadanía -prácticamente la otra mitad- desconoce todavía las casas, oficinas o locales comerciales en los que vamos a vivir en un futuro que, por cierto, ya se ha hecho presente.
La pregunta que formulo es que si no conocemos estos nuevos edificios, ¿cómo vamos a exigir que cumplan con las prestaciones energéticas, de salud y confort para los que han sido diseñados? Estamos hablando de una de las mayores inversiones de nuestra vida -si no la mayor- o de una parte muy importante de nuestros ingresos destinados a una hipoteca o renta de alquiler. Y estamos hablando también de condiciones básicas de calidad de vida, ahorro energético o salud de nuestra casa. ¿No vamos a estar atentos?
La jornada del Foro Hiria dedicada a la edificación sostenible que DIARIO DE NOTICIAS celebró el pasado 8 de mayo consiguió dar un potente impulso a un debate que, sin duda, va a ir acrecentándose, y más teniendo en cuenta que la Directiva Europea 2010/31 obligará a partir de 2020 a que todas las nuevas construcciones sea levantadas en ECCN, por lo que este bienio resultará clave en esta transición. Una transformación que compromete de lleno a las empresas del sector de la construcción, que va a poner -si no lo ha puesto ya- la sostenibilidad y la eficiencia energética en el centro de su agenda, sí. Pero, sobre todo, es un cambio que implica a quienes vamos a vivir dentro de estas casas, a nuestros hábitos y prácticas cotidianas. Y en esta transición, la idea de salud, bienestar y confort en nuestras viviendas y centros de trabajo va a ser muy diferente a la actual. De la misma manera que la presidenta Uxue Barkos anticipó en la apertura del citado Foro Hiria, a modo de reflexión inicial, que “el urbanismo debe servir para mejorar nuestra vida”, el sector de la edificación debe también mirar a la gente y preguntarse: ¿para quién estamos construyendo edificios pasivos?
NAVARRA SE HA PUESTO POR DELANTE
El que Navarra se haya puesto por delante en la apuesta -pública y privada- por los ECCN-Pasivos obliga ya a una reflexión en este punto. Es cierto que el nuevo modelo de edificación está produciendo una magnífica puesta al día competitiva en el sector de la construcción. Así como que también la forma de edificar está estrechamente relacionada con el urbanismo que queremos desarrollar en nuestras ciudades. La transversalidad social que subyace en toda esta transformación es esperanzadora, puesto tiene mucho que ver con nuestra forma de hacer y entender la ciudad, con la movilidad urbana o el acceso a servicios públicos, con la salud o la educación…
Volviendo otra vez al usuario, quienes vamos a vivir dentro de estas casas necesitamos una información lo más precisa posible y una suerte de guía para poder orientarse. Los hábitos energéticos del usuario en su vivienda es todavía un asunto poco conocido y arrastramos un déficit de información, así como también sobre las diversas certificaciones energéticas que van a medir nuestros edificios, entre ellas la que concede en Passivhaus Institut alemán -el estándar de ECCN más exigente- en cuatro categorías diferentes.
En mi caso, como usuario y perdón por la autoreferencia, estoy especialmente concernido por que se comprenda bien la Certificación Passivhaus. Efectivamente, vivo en la Casa Plazaola Etxea de Lekunberri, la primera casa certificada por el Passivhaus Institut como Low Energy Building (edificio de baja demanda energética) en el Estado español. Siendo que la primera casa certificada Passivhaus como tal corresponde a la vivienda Assyce-Ecoholística en Moraleda de Zafayona (Granada, 2009) y en Navarra, el mérito es de Casa Arias (Roncal, 2011). En estos momentos, Passivhaus Institut tiene cinco tipos de certificaciones -EnerPhit, Classic, Plus, Premium y Low Energy-, cada una con sus requisitos. Soy consciente de que esto de las certificaciones es un poco confuso y lo mejor que podemos hacer como usuarios es orientarnos en la propia fuente: http://passiv.de/downloads/03_building_certification_guide.pdf.
LOS PRIMEROS BLOQUES RESIDENCIALES
Pero más allá de particularidades, lo relevante es que Navarra se ha puesto a la cabeza en el reto de los ECCN al convertirse en la primera comunidad del Estado en edificar bloques residenciales bajo el estándar Passivhaus, con el edificio Thermos de Lezkairu en promoción privada y las primeras licitaciones del plan de alquiler Navarra Social Housing del Gobierno de Navarra en vivienda pública.
Otra buena oportunidad para informarse con garantías es visitar la feria Edifica de ECCN-Pasivos que el Consorcio Passivhaus -una asociación sin ánimo de lucro- trae a Pamplona entre los próximos 28 y 30 de junio. Será un evento pensado para el usuario, para las personas que vivirán dentro de estos edificios. Habrá en la plaza de Baluarte una casa pasiva recreada a tamaño real que se podrá visitar, componentes constructivos que ver y tocar o una invitación a compartir un aperitivo con técnicos y especialistas de primer nivel. Todo abierto a todos. Será una oportunidad de poner en contacto a profesionales y usuarios para afinar nuestra percepción e información sobre los ECCN-Pasivos y decidir mejor.
El estudio sobre la adaptación del usuario a los ECCN con el que abría esta reflexión también dice que “como usuarios, interiorizamos prácticas en nuestro día a día, las consideramos válidas y las podemos cambiar cuando creemos que es mejor hacerlo” y, entre otros factores que favorecen el cambio de hábitos, tenemos ejemplos para seguir. Navarra lo está siendo.
Interesante artículo,
Como profesional del sector de la construcción siempre he hechado en falta tener en cuenta el usuario final, construimos con una finalidad muy clara «dar confort» y para ello debemos involucrar al usuario.
No conseguiremos una eficiencia en la gestión energética ni en el uso de elementos pasivos sin la participación activa del usuario final. Y para ello debemos construir edificios con baja demanda energética y uso eficiente en la gestión.