Entrevista a Oliver Style, CEO de Praxis Resilient Buildings
Oliver Style
CEO de Praxis Resilient Buildings
«Es fundamental estudiar los detalles constructivos en la fase de proyecto para garantizar la continuidad del aislamiento y la reducción de los puentes térmicos.»
La rehabilitación energética dará un impulso importante en nuestro país gracias a las ayudas procedentes de los fondos Next Generation EU. En este sentido, Carrer Nou fue el primer edificio en certificarse Passivhaus Rehabilitación-Enerphit en 2017. Desde su visión crítica, ¿cómo cree que ha sido la evolución del Passivhaus en el sector de la rehabilitación en nuestro país en los últimos cinco años?
Ha sido importante, pero, en general, insuficiente. Tenemos una necesidad urgente de rehabilitar el parque de viviendas existente y a un ritmo mucho mayor. Ha habido esfuerzos importantes y proyectos de rehabilitación Passivhaus finalizados con éxito, tanto de Palacios de Congresos, como de viviendas y distintas tipologías de edificios, pero, como digo, son insuficientes.
Foto: Marcela Grassi
Con la llegada de los Fondos Next Generation tenemos una gran oportunidad, aunque tenemos que tener en cuenta que ya en el programa PREE, por ejemplo, solo se aceptaron el 5% de las solicitudes a las ayudas de rehabilitación en la convocatoria de Cataluña. Además, se está publicando en los medios que hay gran parte de estos fondos que no van a llegar a España por problemas en las solicitudes, por lo que es importante reflexionar que algo está fallando. Hemos hecho avances importantes pero queda mucho camino por recorrer.
Cuando echó a andar el Passivhaus en España, tanto administraciones públicas, como promotores/constructores y, por supuesto, usuarios eran reacios a esta metodología de origen alemán, ¿cuál es la visión que cree que tienen ahora los principales agentes y la sociedad en general?
Es cierto que el Passivhaus tiene sus orígenes en un clima templado y frío en Alemania, y esto generó cierta desconfianza en España porque se consideraba un estándar energético que igual no estaba bien adaptado a la climatología de la península, pero si hace 10 años había aproximadamente 300.000 m² de superficie construida certificada Passivhaus en el mundo, en 2022 esta cifra ha aumentado a 3.000.000 m². El pasado año, el país con mayor crecimiento de m² certificados fue España.
Está claro que hay mucha más demanda y una percepción real que este estándar se adapta a la climatología que tenemos, y tanto Administraciones (Navarra, Aragón, País Vasco y Madrid, principalmente, impulsando la promoción de vivienda social y la rehabilitación) como promotores privados (Grupo Lobe) están apostando por el Passivhaus.
¿Cómo ve el futuro de los edificios Passivhaus en España con respecto a la construcción tradicional basada en el Código Técnico de Edificación (CTE)?
Los edificios Passivhaus en relación a la construcción tradicional basada en el CTE se diferencian en varios aspectos importantes: el nivel de detalle en el que se tienen que desarrollar los proyectos, el control de la ejecución para garantizar que la obra se realice tal como está proyectada, siendo, además, las exigencias relacionadas a los requisitos Passivhaus mayores.
Foto: Jose Hevia
Un edificio pasivo también requiere un ensayo a la hermeticidad al aire (Blowerdoor), que es un examen real y empírico al que se tiene que someter el inmueble y que mejora mucho la calidad en la ejecución. También hay que hacer una puesta en marcha del sistema de ventilación para garantizar que los caudales de aire que figuran en el proyecto son los que realmente existen. Por lo tanto, el resultado es que acaba siendo un edificio con mayor calidad, más confortable y con buena calidad del aire.
¿Cree que la actualización del CTE con la definición de los Edificios de Energía de Consumo Casi Nulo (EECN) ha impulsado el Passivhaus en España o todavía queda un camino legislativo por recorrer para reconocer los principios en los que se basa este estándar?
Creo que la actualización del CTE en 2019 fue un avance muy importante y es evidente que en los últimos años el Código en general ha hecho un salto sustancial. Desafortunadamente, hoy en día sigue siendo posible proyectar y construir un edificio con una certificación energética A que tenga consumos relativamente altos comparados con una Passivhaus, con muchas infiltraciones de aire, confort cuestionable y hasta patologías. Por lo tanto, lanzar una definición de que un EECN es un edificio que cumple con el CTE, cuando este es mejorable puede llegar a ser un problema.
Por eso, el estándar Passivhaus ofrecen una hoja de ruta claramente definida para conseguir un inmueble realmente de consumo casi nulo. Entonces, la generación in situ de energía renovable se vuelve más factible, rentable y amortizable, que parte del principio de que primero hay que reducir la demanda y, después, contemplar las fuentes de energías renovables.
Sí que es importantísima la actualización del CTE en el capítulo de salubridad en cuanto al gas radón, que ha sido una exigencia de Europa desde hace muchos años y que por fin incorpora el Código. Esto pone de manifiesto la importancia de la hermeticidad al aire de los edificios y su verificación mediante los ensayos de Blowerdoor, que, como sabemos, es una pieza clave de la certificación Passivhaus.
España es uno de los pocos países que no obliga a este tipo de ensayos para el cumplimiento del CTE, a diferencia del resto de los países europeos, pero esperamos que en las siguientes actualizaciones este requisito se incorpore en el Código. Porque, a pesar de que tengamos climas más benignos que otros países, la reducción o eliminación de las infiltraciones al aire tiene importantes ventajas en cuanto a la salud, confort y consumo energético.
¿Qué papel juega el aislamiento para conseguir la reducción de la demanda energética de los edificios?
El aislamiento es fundamental para la reducción de la demanda de los edificios. Es el abrigo que envuelve nuestro edificio y todas las partes calefactadas y climatizadas, y, por lo tanto, es esencial para reducir las pérdidas en invierno y las ganancias por transmisión, es decir, el calor que nos entra en el edificio en verano.
A veces hay una concepción errónea de que el aislamiento no sirve en verano, cuando esto no es así; lo que es importante es modelizar el balance energético del edificio en fase de proyecto para encontrar un balance adecuado en los diferentes elementos constructivos según su orientación para la climatología del lugar, la ocupación, la actividad y las ganancias internas del edificio.
El aislamiento se debe de tratar con cariño desde la fase de proyecto hasta su control en obra y es igual de importante que sea completamente continuo en todo su recorrido por la envolvente térmica. Es decir, podemos poner 20 cm de aislamiento, pero si tenemos muchas interrupciones, puentes térmicos, en los puntos de unión del edificio el calor se nos va a escapar.
Por lo tanto, es esencial estudiar los detalles constructivos en el proyecto para garantizar esta continuidad del aislamiento y la reducción de los puentes térmicos, que conlleva que se reduzca la demanda de energía y las patologías por puntos fríos y condensaciones, mejorando el confort.
¿En qué proyectos está trabajando actualmente su consultoría en Passivhaus?
Somos tanto consultores Passivhaus como certificadores. En proyectos de consultoría, estamos trabajando en un centro deportivo de alto rendimiento que se va a construir en Andorra a una altura de 2.600 metros y de 9.000 m2 aproximadamente, que busca la certificación Passivahus Classic. Paralelamente, también estamos con siete proyectos de residencias geriátricas, de las cuales varias ya están en obra, en la zona de Cataluña y Levante.
De la parte de certificación Passivhaus, tenemos más de 15 proyectos en marcha, desde vivienda unifamiliar hasta promoción de viviendas colectivas públicas en altura en Andorra, y también proyectos en Argentina y Nueva Zelanda.
Foto: Marcela Grassi
¿En qué medida son compatibles los proyectos Passivhaus con la certificación de salud WELL?
No he tenido aún la oportunidad de realizar un proyecto que busca la certificación tanto Passivhaus como WELL, pero son perfectamente compatibles, sobre todo en los aspectos de la calidad y renovación del aire. WELL va más allá en la cuantificación y la medición de la calidad del aire mediante distintos parámetros, pero las exigencias de la ventilación controlada de Passivhaus se complementan bien con WELL.
También los aspectos de confort térmico, que son pieza clave del estándar Passivhaus, casan muy bien con estos requisitos en la certificación WELL.