Daniel Llamas, director de Futuratón
Daniel Llamas
Director de Futuratón
“Hay que revertir la percepción general de que la construcción es un sector envejecido y desactualizado”.
Inspirado en el formato del hackatón, se ha celebrado el primer Futuratón enfocado a la construcción, una experiencia colectiva que ha permitido reflexionar sobre el futuro del sector.
El encuentro Futuratón ha puesto sobre la mesa los diferentes desafíos a los que se enfrenta el sector de la construcción, ¿cuáles serían los más acuciantes?
En estos años que he estado investigando sobre lo que está pasando en el sector, diría que el principal desafío es precisamente el que ha llevado a la organización de este Futuratón. Se trata de la falta de atractivo del sector para el público más joven y que está provocando que, a pesar de que es un sector con mucha demanda y oportunidades, no hay profesionales suficientes y muchos oficios de toda la vida se están quedando sin relevo generacional. Esto también tiene que ver con revertir la percepción general de que es un sector envejecido y desactualizado, que necesita un cambio de mentalidad de algunas de las personas que están dentro para atraer a otras de fuera. Realmente estos retos no se podrían lograr si paralelamente no se busca una mejora de la productividad, una adaptación a las exigencias medioambientales de las próximas décadas o una introducción de sistemas constructivos modernos.
Gracias a la digitalización y la innovación el sector evoluciona, aunque tiene como asignatura pendiente, como bien dices, atraer a los jóvenes, ¿cómo podemos comunicar de una forma atractiva las ventajas de pertenecer al mundo de la construcción?
Tras analizar los resultados que han salido del trabajo de los equipos durante el Futuratón, hay algunos datos que me llamaron la atención. Por ejemplo, en relación con cómo hacer más atractivo el sector para adolescentes, es muy curioso que la mayoría de los participantes no hacían hincapié exclusivamente a soluciones evidentes como lanzar más campañas de comunicación, aumentar la presencia en redes sociales, etc. sino que su foco iba a que la mejor manera de que el sector parezca atractivo es que realmente lo sea. Y esto pasa por evitar la precariedad laboral, una implementación sensata de la tecnología y una lucha contra el cambio climático, que son los valores/inquietudes que más comparten las nuevas generaciones. Luego, una vez esto se ha conseguido, ya desde dentro del propio sector esos mismos profesionales serán capaces de hacer ese ejercicio de crear nuevas narrativas e imaginarios comunes que se acaben transfiriendo a la sociedad en general y, como consecuencia, a los adolescentes en particular.
¿Qué alianzas entre escuelas técnicas, profesorado y empresas del sector deberían de existir para formar adecuadamente a los jóvenes?
Aquí de nuevo, en las conversaciones en torno al Futuratón han salido muchísimas referencias a qué conexiones deberían reforzarse, no sólo entre esos tres agentes que mencionas, sino con otro tipo de intermediarios, como son las de administraciones públicas, las asociaciones y los orientadores educativos. Viendo la motivación que ya existe entre muchas personas del sector, considero que una fórmula que puede funcionar es la de crear una comunidad transversal a nivel nacional, quizá de la mano de CRN junto a otras alianzas por temáticas. Recalco lo de transversal. Durante muchos años, nos hemos organizado (en este sector y en todos) por familias técnicas, donde el especialista de un tema sólo se asociaba con otros profesionales similares, para debatir asuntos específicos de esa área. La hiperconectividad del mundo en que vivimos tiene que llevarnos a crear espacios de conversación donde perfectamente pueda haber un estudiante, un técnico y un político, y todos se entiendan.
Una vez se generen estos espacios, será mucho más fácil alinear valores, inventar esas nuevas narrativas, compartir buenas prácticas, desarrollar modelos de aprendizaje y, sobre todo, tener fuerza para promover futuras iniciativas de impacto.
¿Cree que el sector está demonizado?
Bueno, no sé si la palabra es exactamente esa, pero sí que existe una realidad y es que no está percibido positivamente por la sociedad en general. Al menos, no tanto como otros sectores relativamente similares como la industria o la informática. Mismamente en el Futuratón más de una y de dos y de tres personas escribieron palabras como «caspa». Hablando con personas ajenas al sector, siempre salen términos como especulación y burbuja.
Sin embargo, por añadir una nota de esperanza, yo como ajeno al sector pero que llevo ya varios años trabajando en proyectos de innovación dentro de él, estoy viendo que realmente hay un grupo de profesionales y docentes realmente implicado con que esta percepción cambie, no sólo de palabra sino con acciones concretas. Sin duda, la acogida tan agradecida de este Futuratón por parte de perfiles tan variados es algo realmente excepcional, no lo he visto en otros sectores. Siento mucho que todas esas personas hacen realmente esfuerzos por remar en la misma dirección y van a apoyar cualquier avance innovador.
¿Existe greenwhasing en la construcción o, todo lo contrario, hay una apuesta y compromiso firme por la sostenibilidad?
Bueno, realmente no veo que sean incompatibles ambas cosas, que existan buenas y malas prácticas a la vez, y me explico: creo que el propio greenwashing es inherente al propio proceso de implementar prácticas sostenibles, en este sector y en cualquier otro. Siempre va a haber empresas o personas que se suban al carro para autopromoción, pero si lo analizamos desde una óptica algo retorcida, el hacer greenwashing al menos lleva implícita la premisa de que esa empresa asume que la sostenibilidad vende, y eso es un avance. Ahora, claro está, el siguiente paso es lógicamente que esas intenciones se conviertan en hechos, lo cual debe suceder tanto en la empresa más pequeñita, como en las administraciones y los propios gobernantes, porque es imprescindible tomar medidas para cuidar el planeta en que vivimos. De hecho, hay veces que ciertas organizaciones están aplicando greenwashing o cualquiera de sus variantes simplemente por mero desconocimiento. Por ejemplo, yo (que trabajo de diseñador en procesos de innovación) suelo hablar de design washing para aquellas empresas que creen que están innovando sólo por comprar un paquete de post-its y una pizarra. Está mal, sí, pero a veces ese error abre la puerta a una voluntad de aprender verdaderas buenas prácticas.
¿Cómo valora el compromiso mediambiental de Knauf Insulation en el sector?
Creo que para este Futuratón tenía una cosa especialmente clara y es que no iban a participar las mismas voces que ya están en otros muchos sitios, al menos las que yo había escuchado hasta ahora, y al menos, sin estar acompañadas de voces nuevas. Por eso, puse el foco en buscar un público más joven, con más mujeres, más comprometido con el medioambiente, incluso externo al sector. En esas conversaciones me encontré con el consorcio Passivhaus y el equipo de Knauf Insulation, quienes desde el primer momento han estado muy interesadas en participar y formar parte activa de este evento. La mera voluntad de documentarlo de forma tan exhaustiva me halaga como organizador, pero me satisface como persona joven, porque siento que el compromiso medioambiental que yo puedo intentar desde mi profesión está claramente representado en un sector como el de la construcción.