Calidad del aire interior
Josep Bové
Resp. Técnico en Sostenibilidad de Knauf Insulation (Arquitecto técnico)
En este post nos gustaría reflexionar y explicar el concepto Calidad del aire interior. En la mayoría de los casos, a la hora de hablar de un edificio eficiente las miradas de centran en el aislamiento de la envolvente, en los equipos utilizados, energías renovables, vegetación. Aunque hay un elemento que está mucho más relacionado con los usuarios directamente y que a día de hoy sigue siendo, relativamente, un gran desconocido: la Calidad del Aire Interior.
Diferentes organizaciones y expertos (entre ellos la OMS) estiman que pasamos entre un 75 y un 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, ya sea en nuestra propia casa, nuestra vivienda, el gimnasio, lugares de ocio como cines, etc. Las mismas fuentes indican también que el aire de estos espacios interiores está de media entre 2 y 7 veces más contaminado que el aire exterior, y éste es un dato que la gran mayoría de las personas desconocen, así como también es desconocido que el problema de la calidad del aire interior es mucho más viable económicamente y fácil de solucionar, que los problemas de contaminación del aire exterior.
Uno de los términos más conocidos referentes a la, en este caso, MALA calidad del aire interior sería el del Síndrome de Edificio Enfermo (SEE). Se podría definir el SEE como aquellos síntomas derivados de factores presentes en el ambiente del edificio. La OMS diferencia dos tipos: los derivados de edificios nuevos y que acaban de desaparecer con el tiempo; y los que los síntomas persisten en el tiempo.
Una de las causas de esta mala calidad del aire interior en muchos casos procede de las emisiones de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) procedentes de materiales de la construcción, (sin olvidarnos del Radón).
COVs
Los COVs se definen como compuestos químicos que se volatilizan en el aire a temperatura ambiente. Estos compuestos pueden ser emitidos naturalmente o por actividades del hombre, y están presentes tanto en ambientes exteriores como en interiores. Si nos centramos en los ambientes interiores, están presentes en una gran multitud de productos de limpieza y jabones, materiales decorativos, muebles y productos de la construcción como pinturas, barnices, maderas, etc..
Desafortunadamente, se desconocen en profundidad los efectos que tienen en las personas, pero si se sabe que tienen un efecto negativo para la salud y pueden provocar irritaciones, por ejemplo. Se especula que un 25% son sospechosos de ser cancerígenos, aunque no hay estudios de larga exposición que lo demuestren.
Tratamiento
Ante la evidente exposición a estos compuestos mitigadores de la buena Calidad Del Aire Interior aparece la gran pregunta ¿Cómo lo evitamos?
Ya se ha dicho anteriormente que estos compuestos están presentes en la mayoría de los elementos de acabado de un edificio como muebles, pinturas, etc.. Así que la solución no pasaría por vivir en edificios sin pintar y sin muebles… La calidad del Aire interior se puede regular mediante la utilización de materiales que certifiquen su baja emisión, como serían algunas lanas minerales o placas de yeso laminado, un buen control de la ventilación que renueve el aire interior y proporcione aire fresco regularmente (¡sin perjudicar la eficiencia térmica del edificio!) y utilizando sistemas de filtraje y absorción de COVs.
Para facilitar esta labor, existen distintas etiquetas que certifican precisamente que los materiales que se utilicen tengan bajas o nulas emisiones de COV, como por ejemplo la etiqueta Eurofins Gold o la etiqueta A+ francesa, obligatoria en dicho país. Ambas etiquetas certifican el bajo contenido en fenoles, formaldehidos y emisión de COVs de los materiales.
En España la calidad del aire se regula mediante el DB HS 2 y 3, pero no están plasmadas las necesidades de reducción de emisiones de COVs como en países como la ya comentada Francia, Alemania, o Bélgica, que ya están dotadas de unas normativas con límites de emisiones y obligan a su comunicación al mercado.