Calidad del aire interior y sus efectos en la salud
Calidad de Aire Interior y sus efectos en la salud
“Más del 50% de las muertes por neumonía en menores de 5 años son causadas por partículas inhaladas en interiores con aire contaminado.”
“Cada año, 3,8 millones de defunciones prematuras debidas a enfermedades no transmisibles, en particular accidente cerebrovascular, cardiopatía isquémica, neumopatía obstructiva crónica y cáncer de pulmón, son atribuibles a la exposición al aire interior contaminado.”
Estos datos que nos expone la OMS (Organización Mundial de la Salud) son más que suficientes para dedicar un post a hablar con profesionales del sector y mostrar la situación actual que respiramos en nuestros edificios.
Se estima que los niveles de contaminación del aire interior pueden ser entre dos y cinco veces superiores a los del aire exterior. ¿Cuántas horas pasamos dentro de los edificios? Ya sea en nuestra casa, en la oficina, en la biblioteca en la escuela… son muchas las horas que respiramos aire interior.
Las principales fuentes de contaminación interior son, sin contar la que proviene del exterior, la combustión de productos (tabaco, gas, carbón, etc.), agentes biológicos (bacterias, hongos, pólenes, ácaros); compuestos orgánicos volátiles y semivolátiles (emitidos por los materiales de construcción y los productos químicos) y emanaciones de gases del suelo (gas radón). Según expone la Diputació de Barcelona.
Hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Micheel Wassouf, arquitecto y fundador de Energihaus especialistas en el diseño de edificios bajo el estándar Passivhaus y a Daniel Sánchez, técnico de la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), ellos nos explicarán en qué punto nos encontramos y hacia dónde vamos.
Desde hace años hablamos de contaminación del aire y podríamos decir que somos conscientes de la mala calidad del aire exterior (especialmente en las ciudades) pero ¿somos conscientes de la calidad del aire interior de nuestras viviendas?
Micheel y Daniel coinciden que en España no somos conscientes de la baja calidad del aire interior de los edificios. En los resultados de las monitorizaciones de los edificios convencionales es común encontrar que se superan con creces los niveles óptimos de concentración de ppm de CO2 con bastante frecuencia, así como altas concentraciones de otros gases y partículas, y que estos niveles en edificios Passivhaus se mantienen en niveles buenos durante todo el tiempo, en el caso del CO2 por ejemplo, por debajo de los 800ppm. Estos valores se consiguen con una ventilación mecánica controlada, que filtra y renueva continuamente el aire interior.
Esto cobra especial relevancia sabiendo que pasamos el 90% del tiempo dentro de edificios y que los humanos respiramos una media de entre 5 y 6 litros de aire por minuto, unos 8.000 litros al día. Expone Daniel
No solo tenemos que estudiar el aire interior de nuestras viviendas, también el aire de las oficinas y de las escuelas. Al 2017 desde la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) en colaboración con la Universidad de Burgos y la Fundación Caja de Burgos nos explicabais el proyecto que buscaba analizar la calidad del aire y el confort térmico en el interior de las aulas de los colegios. ¿Ya tenéis resultados? ¿Cómo ha sido la implantación? ¿En función a qué parámetros se han seleccionado las escuelas participantes?
Se trata más bien de un proyecto de la Universidad de Burgos que PEP está apoyando técnica y económicamente. Se eligió un colegio por cada capital de provincia. Para su selección se tuvo en cuenta la variedad existente en el parque edificatorio. Se hizo de tal forma que tuviéramos variedad entre edificios de nueva, media y antigua construcción. Los resultados se están recopilando desde octubre en la mayoría de los colegios y, salvo excepciones, lo que se lleva analizado va confirmando lo que ya intuíamos, la UBU tiene previsto redactar un informe de conclusiones con el resultado de la investigación que se hará público a finales de año.
¿Cuáles son los factores que nos pueden indicar un aire no saludable en el interior de un aula por ejemplo?
Fundamentalmente definiríamos un aula saludable como aquella con unos niveles óptimos de humedad relativa, temperatura interior y concentración de CO2. De esta forma, lo adecuado sería contar con una humedad en torno al 50%, una temperatura constante entre 20⁰ y 25⁰ y una concentración de CO2 en niveles inferiores a los 800-1.000 ppm. Explica Daniel.
Es fácil deducir que para mejorar el aire interior, necesitamos practicar una buena ventilación, con filtros y controlada, que nos asegure que no estamos contaminando el aire interior con los componentes contaminantes del aire exterior.
Pero ¿Solo con una buena ventilación podemos estar en situación de confort y ambiente saludable? ¿Qué aspectos tienen que acompañar a la ventilación para garantizar CAI?
Micheel afirma que además de una buena ventilación, lo ideal es emplear materiales (pinturas, detergentes etc…) ecológicos con bajas emisiones de componentes orgánicos volátiles. Coincidiendo con Daniel que les suma la importancia de los aspectos energético, para asegurar que tenemos las condiciones óptimas de temperatura interior es imprescindible contar con recuperación de calor de ese aire de extracción, de forma que podemos ventilar sin enfriar el edificio. De este modo, la temperatura permanece prácticamente constante todo el año y asegurando así que mantenemos las condiciones de confort. Por último, es preferible el uso de materiales interiores de bajas emisiones de COV’s.
Y si tenemos en cuenta que en el 2019 los edificios públicos serán edificios de energía casi nula (EECN) ¿Directamente podemos asegurar que serán edificios con alta calidad de aire interior?
Dependerá de la definición de los edificios llamados ECCN que publicará el Ministerio de Industria este año. Sabemos que edificios del tipo Casa Pasiva pueden ofrecer una calidad de aire interior muy alta, en caso de que estén bien diseñados y ejecutados. Asegura Micheel
Esperaremos que en la definición de EECN tenga en cuenta la importancia de la calidad del aire interior, ya que según estudios realizados particularmente en escuelas, la mala calidad del aire interior puede provocar déficit de atención, problemas en el desarrollo neuroconductual e inmunitario del alumnado.