Entrevista a Rosalidia Álvarez, responsable de ITG-WELL
Rosalidia Álvarez
Responsable de ITG-WELL
«Cada vez más promotores preguntan sobre la posibilidad de aplicar WELL en sus viviendas y se interesan por las condiciones positivas que ofrece a los usuarios.»
Licenciada en Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña, con máster en Edificación Sostenible en la especialidad de certificación de sostenibilidad en la edificación, Rosalidia Álvarez es la responsable del certificado WELL en nuestro país.
Desde que en 2019 el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG) se convirtiera en el partner de WELL en España, ¿cuál ha sido la proyección de esta certificación?
La certificación WELL, a diferencia de otros certificados internacionales, centraliza su actividad desde EEUU, donde emiten los certificados. Nuestra tarea como partner market local de WELL en España y América Latina es impulsar su presencia en el mercado de habla hispana.
Nuestra principal función es la de impartir la formación oficial del certificado y la de actuar como PTO, entidad validada para realizar las Performance Verification durante la certificación.
El crecimiento ha sido constante desde 2019, pero el mayor incremento se ha notado en el último año, ya que en febrero de 2022 en España había en torno a 40 proyectos registrados o certificados con WELL y actualmente son 250.
¿Cuáles son las señas de identidad de WELL que le diferencian de otros certificados?
La especialización en salud y bienestar es su mayor diferenciación. Los certificados de sostenibilidad ofrecen una visión holística, pero WELL es el primer certificado del mundo que se centra exclusivamente en mejorar la calidad de vida de las personas a través de los edificios en los que trabajan, viven o estudian.
Además, profundiza en aspectos que no evalúan otras certificaciones como el fomento de hábitos de vida saludables, la hidratación o la nutrición. También incide en la salud mental, el diseño universal y valora políticas de uso que apoyan las distintas situaciones familiares y la inclusión.
Pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados y WELL ofrece una serie de medidas que nos permiten adaptar esos espacios para que no sean perjudiciales para nuestra salud.
La pandemia a causa de la COVID-19, ¿ha supuesto un antes y un después para la consolidación de WELL en España?
Sin duda, las cifras de crecimiento del último año que hemos mencionado son una muestra de la importancia actual de conceptos como la salud y el bienestar. Todas las industrias o actividades enfocadas en mejorar la salud física y mental de las personas han florecido porque nos hemos dado cuenta de lo importante que es cuidarnos. En el caso de WELL ha ocurrido lo mismo debido a su contribución en el sector de la edificación.
¿Cuáles cree que son los principales motivos que tiene una empresa para certificar sus propiedades con WELL?
Ahora somos conscientes del impacto de un edificio en nuestra salud. Un espacio mal ventilado puede ser más perjudicial que la contaminación atmosférica que respiramos en el exterior. Una mala iluminación, el exceso de ruido, la mala calidad de los materiales…Hay muchos factores dentro de un edificio que influyen en nosotros, pudiendo agravar una enfermedad respiratoria o provocando trastornos de ansiedad y estrés.
Los gestores de los inmuebles lo saben y buscan garantizar el bienestar de los ocupantes. Al fin y al cabo, una oficina certificada por WELL se convierte en un activo seguro que favorece la captación de talento, mejora la productividad de los empleados y reduce las bajas médicas. Todo el mundo prefiere trabajar en un espacio cómodo y saludable.
WELL tiene una mayor implementación en el sector terciario y de oficinas. ¿Cuándo se empezará a ver viviendas que certifiquen la salud de sus estancias?
WELL no diferencia tipologías de certificación, por lo que su adaptabilidad permite que sea una metodología válida tanto para viviendas como oficinas. No obstante, es cierto que el sector residencial todavía prioriza el uso de certificaciones exclusivamente energéticas o de sostenibilidad.
Por otra parte, cada vez más promotores preguntan sobre la posibilidad de aplicar WELL en sus viviendas y se interesan por las condiciones positivas que ofrece a los usuarios. Actualmente los proyectos residenciales multifamiliar pueden obtener el certificado WELL si contienen al menos cinco unidades de vivienda en un único edificio con elementos estructurales comunes. Entre los proyectos que cumplen los requisitos se incluyen apartamentos, condominios, casas adosadas y otros complejos residenciales. Además, WELL sigue innovando, investigando y mejorando, de manera que está trabajando para adaptar los requisitos del certificado a la tipología de vivienda unifamiliar.
A grandes rasgos, ¿cuál es el procedimiento de certificación con WELL? ¿La metodología empleada está en constante actualización?
El primer paso sería realizar el registro en WELL Online. En ese momento, se recibe acceso a la herramienta de gestión del proyecto y a un apoyo especializado desde el International WELL Building Institute que resolverá dudas durante todo el proceso.
Tras esto, el equipo de proyecto tendrá la hoja de ruta en la que se indican las medidas a seguir y los requisitos a cumplir para obtener un nivel de certificación determinado. Por ello, es fundamental contar con una persona dentro del equipo de proyecto que tenga formación en el estándar.
Una vez se ha registrado el proyecto y definido la estrategia y objetivos; la siguiente fase consiste en entregar una serie de documentación para justificar el cumplimiento de ciertos requisitos del estándar, que será evaluada por un tercero.
Dado que WELL es un sistema basado en el rendimiento, en el proyecto se deben realizar unas pruebas in situ que aseguren que el espacio funciona según lo previsto y de acuerdo a los requisitos de WELL. Es lo que se denomina Performance Verification y solo se podrá realizar una vez aprobada la parte documental.
Tras realizar las pruebas según los protocolos que establece el estándar (toma de muestras, mediciones e inspecciones visuales), el IWBI enviará el informe de conclusiones y la puntuación final.
Respecto a la actualización de la metodología, al igual que otros certificados, WELL debe ir más allá de las exigencias normativas y ofrecer soluciones punteras entre las que hay en el mercado. Sin ir más lejos, durante la pandemia de COVID-19 WELL trabajó en tiempo récord para crear una nueva modalidad del estándar denominado WELL Health-Safety Rating abordando estos aspectos de salud, seguridad y bienestar centrado en mantener los espacios limpios y desinfectados, ofrecer servicios sanitarios esenciales, cómo prepararse para una emergencia, evaluar la calidad del aire y del agua y comunicar los esfuerzos que se realizan en el edificio por mantener esa salud y seguridad. Es un ejemplo de cómo el equipo técnico del certificado es capaz de adaptarse a cualquier contexto para ofrecer la solución necesaria en cada momento.
¿Se tiene en cuenta el aislamiento que tiene un inmueble para puntuar con WELL?
Uno de los diez conceptos que trata WELL es el de confort térmico. Es uno de los factores que más influyen en la satisfacción general de las personas en los edificios, ya que afecta a los niveles individuales de motivación, de alerta, concentración y estado de ánimo. Asimismo, desempeña un papel importante en la salud, bienestar y productividad, ya que puede influenciar en nuestro sistema endocrino o respiratorio, por ejemplo.
Más allá del impacto individual, el ambiente térmico también influye en el consumo de energía (refrigeración y calefacción) de manera que, si el proyecto considera un buen aislamiento térmico, se verá beneficiado en todos estos aspectos.
Por otro lado, en WELL también se aborda el concepto de sonido, en el que también influye el aislamiento. Con el aumento de las deficiencias auditivas y otros problemas de salud derivados de la sobreexposición al ruido, el diseño debe satisfacer las necesidades de confort acústico.
Mejorar las prácticas de diseño acústico dentro del espacio puede conseguirse, entre otras cosas, con el refuerzo de los elementos de la fachada, que pueden atenuar la intrusión de ruido exterior, en beneficio del confort, la salud y la productividad de los ocupantes. Además, la sustitución de zonas de superficies duras en un espacio por materiales absorbentes puede reducir la energía sonora reflejada y facilitar mejor la privacidad acústica o, por el contrario, mejorar la proyección del habla.
WELL aborda de manera holística los distintos conceptos de manera que, consideraciones basadas en el diseño y fundamentadas en la investigación, pueden mejorar la salud y el bienestar de los ocupantes.
Proyecto con certificación WELL Gold: Campus Administrativo de la Generalitat De Catalunya
Arquitecto: BATLLE I ROIG