Entrevista a Juan María Hidalgo, doctor arquitecto
Juan Maria Hidalgo
Doctor en Ingeniería Térmica y Arquitecto UPV/EHU
«La rehabilitación permite actualizar los edificios de los 60 y 80 para cumplir las exigencias del CTE .»
Juan María Hidalgo, junto con Pablo Hernández, con el apoyo del resto de componentes del Área Térmica del Laboratorio de Control de la Calidad de la Edificación (LCCE), es responsable del estudio más amplio sobre la descarbonización en España. Unas de las compañías que ha promovido este trabajo es Knauf Insulation.
¿Cómo surge este estudio y cuánto tiempo han tardado en realizarlo?
Este estudio surge del interés de los fabricantes en conocer mejor el potencial de sus sistemas para la rehabilitación de viviendas. Se han analizado diferentes aislamientos, fachadas ventiladas e instalaciones para calefacción y agua caliente (ACS). Se ha tardado un año más o menos, entre 2021 y 2022.
La metodología empleada es a partir de simulaciones energéticas, ¿en qué han consistido?
Las simulaciones se han realizado con una herramienta oficial del Ministerio para Certificación de Eficiencia Energética, la HULC, que hace un modelo 3D del edificio y permite calcular en detalle el funcionamiento horario del edificio.
¿Qué parte del estudio ha sido más complicada medir o realizar?
Lo más difícil ha sido valorar los costes económicos de cada una de las medidas de mejora, tanto de inversión inicial como de su mantenimiento. Gracias a los fabricantes que han promovido este estudio, los precios son lo más reales posibles.
Partiendo del estado actual del edificio (dependiendo de la zona climática y de la tipología edificatoria), se plantean diferentes escenarios de rehabilitación, ¿cuáles son a grandes rasgos?
El primer escenario R1 es una rehabilitación pasiva. Esto incluye añadir una fachada ventilada con aislamiento térmico en fachadas, una cubierta con aislamiento térmico y renovar todas las ventanas. Esto reduce en gran medida las necesidades energéticas de las viviendas, lo que se conoce como la “demanda energética”.
El segundo escenario R2 incluye la rehabilitación pasiva anterior y, además, renueva todas las instalaciones de calefacción y agua caliente (ACS) por otras nuevas. El cambio de instalaciones aporta algo más de ahorro gracias a la mejora tecnológica de los nuevos equipos.
Los fondos Next Generation son una oportunidad única para rehabilitar el parque edificado, ¿creen que con este tipo de estudios se animarán las comunidades de propietarios a solicitar las ayudas?
Sin duda, las ayudas a la rehabilitación son vitales para animar a los propietarios a invertir en renovar sus viviendas. Las ayudas actuales Next Generation son una gran oportunidad, ya que pueden aportar más del 50% de la inversión. En algunos casos se podría llegar a ayudas de más del 80%, sobre todo en las familias en situación de vulnerabilidad económica.
Sin embargo, también hay algunas barreras importantes, como la tramitación administrativa, los incrementos de precios de productos y la energía (tras la Guerra de Ucrania), la falta de mano de obra, etc. Confiemos en que todos los participantes en el sector ayuden a alcanzar los objetivos y aprovechar los presupuestos que Europa ha facilitado.
¿Cuáles son las conclusiones que sacan del estudio? ¿En qué se podría mejorar para llegar a la descarbonización en 2050?
En primer lugar, se ha comprobado que la rehabilitación permite actualizar los edificios de los 60 y 80 para cumplir las exigencias del CTE DB-HE 2019. Estas rehabilitaciones reducen en gran medida la dependencia en el precio de la energía.
Los análisis de ciclo de vida a 30 años muestran los caminos a seguir en cada uno de los casos. Las decisiones de los propietarios deberían tomarse considerando todos los aspectos: la inversión inicial, el mantenimiento y los posibles incrementos de la energía a futuro. No es fácil, y por eso esperamos que este estudio ayude a hacer una mejor toma de decisiones informada en las comunidades de propietarios.
Como visión a 2050, sería mejor que las ayudas a rehabilitación sean más estables, con menos cambios legislativos y, sobre todo, ágiles en su tramitación. También vemos muy necesario que se ayude a reforzar el tejido de empresas y profesionales especializados, que no haya olas de rehabilitación, sino un cambio progresivo y creciente. Para poder descarbonizar todos los edificios en los años que faltan para 2050, necesitamos ampliar el sector de la rehabilitación con base sólida, que dé confianza a todas las partes, gracias a obras de calidad y a un precio razonable.