WELL y Covid-19: Edificios más sanos
Bieito Silva Potí
Arquitecto y MBA experto en salud y sostenibilidad. WELL Faculty y Performance Testing Agent.
La pandemia ha puesto la salud en el centro de nuestras vidas, ha provocado cambios en todos los ámbitos y también en cómo nos relacionamos con los espacios. Durante el confinamiento se puso en valor la importancia de los espacios abiertos, de la iluminación natural, etc. y, en los últimos meses, la confirmación de la transmisión por aerosoles del virus ha generado un especial interés en la calidad del aire, la ventilación y la monitorización de parámetros como el CO2. Todo esto son cuestiones que la certificación contempla.
WELL es un certificado para edificios con carácter voluntario. Tiene como objetivo medir y proponer medidas para mejorar el impacto que éstos tienen en la salud y el bienestar de las personas. Para ello se compone de 108 medidas organizadas en 10 categorías: aire, agua, alimentación, iluminación, confort térmico, movimiento, sonido, materiales, mente y comunidad.
Desde el inicio de la pandemia se ha producido un aumento significativo del interés en la certificación WELL en nuestro país, que se ha traducido en una mayor asistencia a las jornadas de difusión y cursos que organizamos y un aumento de los registros. Muchas empresas se han interesado en la certificación para poder adaptar sus espacios de oficina a las nuevas dinámicas establecidas por la pandemia.
Además, este año el IWBI (International WELL Building Institute) lanzó con motivo de la pandemia una certificación nueva denominada “WELL Health-Safety Rating” una certificación más sencilla y ágil de conseguir pensada para dar respuesta a las nuevas necesidades en materia de salud que generó la pandemia del COVID-19. Fue el resultado del trabajo de más de 600 expertos en la que participó ITG (Instituto Tecnológico de Galicia).
WELL tiene un impacto especialmente interesante en aquellos edificios donde pasamos más horas a lo largo del día, por eso destacan los edificios de oficinas en el uso de esta certificación. En el entorno de oficinas la ventaja es doble: por un lado, los usuarios del edificio se ven beneficiados por un entorno más saludable. Por otro lado, la empresa se ve beneficiada de una mayor productividad de los empleados, menos bajas laborales y menor rotación de empleados.
El impacto sobre la salud de los edificios es una variable que cada vez se tiene más en cuenta, del mismo modo que hace unos años empezó a serlo la sostenibilidad o la eficiencia energética. Es por ello por lo que cada vez más estamos viendo más edificios saludables y responsables con el medioambiente.